La adrenalina no es necesaria para la conservación de la vida y en condiciones normales su presencia en la sangre es insignificante. Sin embargo, en momentos de excitación o estrés emocional se secretan grandes cantidades, que actúan sobre las estructuras del cuerpo, preparándolo para el esfuerzo físico, ya sea para enfrentar la situación o huir de esta.
-El mandril huye del león para salvar su vida (imágen superior derecha)-.
-En este caso el gato ha decidido enfrentar la situación y atacar a su oponente (imágen inferior izq.)-.
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